La Playa de las Granatillas  es pequeña y cambiante (a veces de arena, otras de grandes rocas), de suelo rocoso, puedes encontrar grandes lascas de piedra, por lo que no es muy cómoda.

                                                                                  Su mayor atractivo reside en su aislamiento, aquí nadie llega por azar. Aunque al ser tan pequeña, en temporada alta no estarás solo. Es una playa ideal para exploradores.

          Si llegas hasta ella, has de tener especial precaución pues la única forma de entrar y salir es a través de un cauce seco. Si comienza a llover hay que abandonarla de inmediato pues corres el riesgo de que tu coche termine en el mar y tú andando por el campo para poder llegar a la civilización.

    Debe su nombre a unas piedras llamadas granates, arrastradas desde el interior de Sierra Cabrera por la rambla de las Granatillas. Aunque éstas piedras no se encuentran fácilmente, si lo haces, no creas que tienen mucho valor, carecen de interés comercial.